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En este artículo te explicamos cómo se relacionan los episodios de apnea del sueño y el sobrepeso, qué riesgos representa para tu salud y qué puedes hacer para mejorar esta afección. No te pierdas los tips y la información que el equipo de Yes You Can! ha preparado cuidadosamente para ti.
La apnea del sueño es un padecimiento que se caracteriza por episodios de cese de la respiración mientras se duerme. Estos son provocados por un colapso de la vía aérea superior, que es la zona que va desde las fosas nasales hasta la laringe, e incluye los senos paranasales, el oído medio, la faringe y las estructuras amigdalares. Como consecuencia de estos cortes en la respiración sucede una disminución en la saturación de oxígeno.
Esta condición afecta hasta a un 24% de los hombres de mediana edad, en tanto solo el 9% de las mujeres del mismo grupo poblacional la sufre. La apnea del sueño varía en intensidad (leve — entre 5 y 15 episodios por noche —, moderada — de 15 a 30 episodios — y severa — 30 o más episodios —) y los casos más graves pueden llegar a afectar a un 16% de la población del género masculino y un 7.5% de la femenina, de acuerdo con un estudio realizado por doctores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.
Los síntomas más comunes de la apnea son la mala calidad del sueño, los ronquidos fuertes y la somnolencia diurna excesiva. Sin embargo, además de estos síntomas, la apnea puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades más graves que afecten la calidad de vida de quienes la padecen.
Diversas investigaciones médicas han avalado que entre los factores de riesgo para sufrir apnea de sueño, la obesidad es uno de los más importantes. Los estudiosos del tema han visto que el aumento de peso se encuentra fuertemente asociado con el riesgo de apnea y que un 40% de la población con sobrepeso padece de esta dolencia.
Esto puede estar relacionado con la acumulación de grasa en la zona de las vías respiratorias y cambios en la función de las vías superiores, derivados de ello. También se explora la posibilidad — de acuerdo con un estudio publicado en la American Review of Respiratory Disease — de que los mecanismos reguladores del tono de las vías respiratorias y del control ventilatorio se vean afectados por ciertas sustancias cuya producción se incrementa con la obesidad.
Dada la estrecha correlación entre la apnea y el sobrepeso, algunos de los riesgos de estas dos afecciones se solapan o se ven incrementados cuando ambas situaciones se presentan en un paciente. A continuación te compartimos algunos de los riesgos a tu salud que la apnea puede representar, en especial si también sufres de exceso de peso.
La apnea, puesto que no permite tener un sueño continuo y reparador, puede tener consecuencias en nuestro sistema nervioso, además de afectar también nuestro sistema digestivo. Algunos de los síntomas diurnos de la apnea obstructiva, y otras de sus variantes, son:
Cefalea o dolor de cabeza
Cansancio crónico
Pérdida de memoria
Irritabilidad
Disminución de la libido
Depresión
También se pueden experimentar síntomas nocturnos que se suman a las dificultades para conseguir un sueño profundo y tranquilo. Entre estos se cuentan:
Reflujo gastrointestinal
Pesadillas
Incontinencia
Movimientos corporales anormales
La somnolencia intensa durante el día también puede ser peligrosa cuando manejas, si trabajas con maquinaria pesada o si tienes bajo tu cuidado a menores de edad o adultos mayores. La disminución de tus niveles de concentración y atención puede ocasionar un accidente grave. De ahí que sea imperativo que los pacientes con apnea, evalúen la gravedad de su condición y busquen tratamiento para mejorarla.
Tanto la obesidad mórbida como la apnea del sueño han probado tener una correlación con enfermedades cardiovasculares como con la hipertensión. En el caso de la apnea, la falta de un sueño de calidad provocado por las paradas respiratorias, no permite que la presión arterial disminuya durante la noche, generando picos de presión alta.
La coexistencia de la obesidad y la apnea también puede conllevar un aumento del riesgo de sufrir del llamado síndrome metabólico, que es causa de otras anormalidades cardiovasculares. Otras enfermedades cuyo riesgo puede aumentar debido a la apnea son:
Diabetes mellitus
Ataques cardíacos
Accidentes cerebrovasculares como derrames cerebrales
The National Institutes of Health sugiere que para tratar la apnea se puede utilizar un dispositivo respiratorio u oral que ayude a mantener las vías respiratorias despejadas durante las horas de sueño. Además, señala que para disminuir la severidad y los síntomas de la apnea es posible que se deban realizar cambios permanentes hacia un estilo de vida “cardiosaludable”. Esto implicaría las siguientes acciones:
Realizar actividad física con regularidad
Mantener hábitos saludables de sueño (establecer una rutina, evitar los desvelos, etcétera)
Limitar el consumo de alcohol y cafeína
Dejar de fumar
Mantener un peso saludable
Tal como las complicaciones de la apnea y el sobrepeso se solapan, lo mismo sucede con las medidas que puedes tomar para mejorar ambas condiciones. Tratar el sobrepeso también implica cambiar nuestros hábitos. En la siguiente sección te damos algunos tips para lograrlo.
Sabes que tienes que hacer más ejercicio y comer mejor pero, ¿cómo lograrlo? La mejor opción es establecer rutinas de ejercicio que se adapten a tu estilo de vida y estado físico. Conforme vayas mejorando podrás incrementar la intensidad e incluir un mayor rango de disciplinas. Puedes comenzar en casa con profesionales que brinden servicios de manera remota o consultar a un profesional en un gimnasio o de manera particular.
En cuanto a la alimentación, también es posible acudir con un nutriólogo, tu proveedor de atención médica o buscar el apoyo de otros profesionales. En Yes You Can! contamos con una guía nutricional creada por el nutricionista certificado Alejandro Chabán, que puede ayudarte a mejorar la forma en que te alimentas.
La pérdida de peso mediante el ejercicio y una alimentación saludable puede ser un proceso largo que requiere de paciencia para alcanzar los objetivos deseados y mantenerlos. No está mal buscar un poco de ayuda extra para acelerar los resultados y mantenernos motivados.
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